«Llamar a las cosas por su nombre es la esencia del buen periodismo»

Les comparto una entrevista realizada al periodista Sharif Kouddous por la revista Sampsonia Way el 12 de diciembre de 2011 a través de Skype.

«En el primer trimestre de 2011, los ojos del mundo se posaron sobre los cientos de miles de egipcios que, desde la Plaza de Tahrir en El Cairo, demandaban un cambio de régimen. En el lugar estaba Sharif Abdel Kouddous, de Democracy Now, nacido en Estados Unidos y quien regresó al país africano para estar presente durante la revolución.

¿Cuál ha sido el papel que ha jugado Twitter en estas manifestaciones?

El rol que han jugado las redes sociales ha sido importante, pero los medios occidentales han exagerado su impacto. Cuando llegué a Egipto el 29 de enero, el Internet estaba bloqueado por el gobierno, así como los teléfonos celulares. Yo envié, desde mi móvil estadounidense, un mensaje de texto y le di mi contraseña de Twitter a un amigo, el periodista Jeremy Scahill quien colocaba en mi cuenta los twits. Estos eran de los pocos que podían transmitirse desde la Plaza de Tahrir en ese momento. Por ello, se sumaron 18 mil seguidores a mi cuenta en un par de días y fue útil para enviar actualizaciones a distintos lugares.

Desde que se restableció el servicio de Internet, el Twitter se usa mucho pero solo por un pequeño sector de la población y ha resultado útil en, por ejemplo, los enfrentamientos que sucedieron el 19 de noviembre. Gracias a la red social, llegaron personas a la plaza para proteger a quienes sufrían agresiones. Sin embargo, yo no lo usaría para sustituir los reportes periodísticos.

¿Cómo han cubierto los medios occidentales estos levantamientos?

En un inicio decían “el régimen de Mubarak dice esto y los manifestantes esto” para equiparar a los bandos, cuando la realidad es que se trataba de protestas populares que reprimían un gobierno autoritario respaldado por Estados Unidos. Llamar a las cosas por su nombre es la esencia del buen periodismo, aunque esto pueda desatar reacciones emotivas. La falsa objetividad puede destruir lo que es real y lo que sucede en el terreno.

Los periodistas de corriente tradicional cambiaron el tono cuando el régimen de Mubarak les atacó en la Batalla del Camello el 2 de febrero y Anderson Cooper, Cristiane Amanpour y otros fueron objeto de violencia. Los medios ya no podían negar lo que ocurría y seguir línea de objetividad falsa reportando lo que dice uno y otro bando.

¿Cuánto ha cambiado la situación para los periodistas en los últimos tiempos?

Los riesgos son distintos. En enero y febrero, en los primeros 18 días del levantamiento si se sobrevivió a la Batalla del Camello uno estaba seguro al llegar a la Plaza de Tahrir. Pero resultaba arriesgado estar fuera de ella, porque los ataques del régimen a la prensa eran fuertes. En un principio, todo era más blanco y negro.

Ahora es difícil de precisar. No se sabe cuándo una protesta puede tornarse violeta. No se sabe cuándo o dónde puede ocurrir un ataque. No se sabe si a un periodista lo puede convocar un fiscal militar para ser interrogado. La situación es más opaca y confusa.

¿Cree que la situación para los periodistas pueda mejorar luego de las elecciones?

Creo que, para empezar, el proceso electoral tiene problemas de legitimidad. Me pregunto si el parlamento contará con la autoridad necesaria para enfrentarse al consejo militar. Hoy no puede elegir al primer ministro a al resto del gabinete ni tampoco firmar tratados. No tiene el poder real. No sé si las elecciones cambiarán las cosas. Espero que la revolución mejore la situación para los medios. Mubarak empleó varias técnicas para reprimirlos y el Consejo Supremo no solo ha continuado con estas, sino que las ha ampliado. La situación es muy difícil para muchos periodistas locales, pero ellos continúan informando y criticando a las autoridades y estimo que, en el futuro, la situación mejorará para ellos«.

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