La irresponsabilidad de las autoridades repercute con quienes más ayuda necesitan.

Visita al hoyo de la zona 2 como parte del curso de Información Televisiva I. Impresiones y vivencias.

El viernes 16 de julio, como parte del curso de Información Televisiva I el catedrático nos llevo al hoyo que se formo en el barrio Ciudad Nueva, en la zona 2 capitalina. Las cuatro calles que llevan al hoyo estan cerradas con laminas para evitar que la gente se acerque. Además, la policía resguarda el lugar con la ayuda de algunos soldados del Ejército.

Por poco y no nos dejaron entrar, de no haber sido porque encontramos a uno de  los jefes de la policía, no hubieramos podido entrar. Así mismo, el carné de prensa del catedrático ayudó a convencer a los agentes.

Cuando atravesamos la lámina que nos impedia pasar, conocí el hoyo que solo había visto en las fotografías de los periódicos. Fue ahí cuando realmente me di cuenta de la magnitud de ese gran problema. Las fotografías se quedan cortas al transmitir la realidad de lo que ví ahí.

Cuatro soldados estaban de turno ese día y observaban como el catedrático entrevistaba y filmaba a un agente de la policía. Al mismo tiempo, nosotras examinabamos el lugar. Plásticos negros colgaban de la orilla del hoyo casi perfecto, el alambrado eléctrico estaba tendido en el asfalto, el suelo estaba resquebrajado, el olor a desagüe reinaba en el lugar, así mismo se sentía la ausencia de las personas que desalojaron sus casas.

Para nuestra suerte, llevabamos al menos 15 minutos ahí, cuando llego una trabajadora de EMPAGUA (Empresa Municipal de Agua), le hicimos varias preguntas y lo que más me llamo la atención fue que atribuyó el origen del hoyo al clima. ¿Al clima? sí, por que según dijo ella, la municipalidad sí le dio el mantenimiento necesario al colector que esta debajo del hoyo. Claramente, eso es lo que le convenía decir porque para las autoridades todo el mundo tiene la culpa, menos ellos.

Cuando finalizó el tiempo que nos dieron para estar ahí, el policía entrevistado nos escoltó hasta la siguiente calle. Nos llamo la atención ver dentro de un taller a unas niñitas pequeñas, así es que entramos. Eran seis niñas, siendo la mayor de 12 años y la menor de 8 meses. La más grande tenía una especie de retraso mental, por lo que nos dio mucha ternura. Se encontraban en condición de pobreza y corrian descalzas, tocando la tierra con sus pies. La más pequeña no paraba de llorar así que quien hacía de madre ahí era la segunda niña que tenía diez años. Rapidamente corrió a un cuarto de lámina y comenzó a preparar una pacha con leche para darsela a su hermanita.

El lugar se encontraba en pésimas condiciones, habían tortillas y basura tirada por todos lados y al fondo había un cuarto con un solo colchón para todas las niñas. Después nos enteramos que la madre de las niñas trabaja todo el día y las deja a cargo de la niña de diez años.

Lo más lamentable de eso es que ellas viven a menos de 50 metros del profundo hoyo. A nadie parece importarle la seguridad de las personas pobres que ahí viven y que no pueden conseguir otro lugar donde vivir mientras pasa el peligro de que ocurra otro desastre como ese. La irresponsabilidad de las autoridades  no sólo se evidencia con la falta de mantenimiento a los colectores, sino con la falta de atención a quienes más lo necesitan.

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